En la entrada anterior conté el proceso de tejer un patrón histórico, desde que lo encontré en una revista de época hasta tenerlo terminado y pasé muy de puntillas por la parte de confección propiamente dicha. Aquí me centraré mucho más en el patrón y los problemas que me dio. Voy a dejar para otro día el tema de a quién estaba dirigida dicha revista y el contexto de la época.
La revista en cuestión es «La moda elegante, el periódico de las familias» publicado en Cádiz con fecha el 10 de enero de 1864. La versión digitalizada trae varios patrones de capelinas, chalecos, un fichú, etc y me hace el efecto que se han perdido páginas (los caminos de internet son inescrutables). Escogí el primero de todos, una capelina usada de tocado con pelo de cisne y flecos (¡Flecos! El horror…)
En la primera y segunda lectura mi impresión fue «pero qué m…es ésta…». A la tercera, que ya le iba pillando el truco al vocabulario y pensando con tejedora, quería tirarme de los pelos y me explico: el patrón dice que se hacen o debe quedar como tres triángulos y se empieza a tejer por el lado más largo acabando luego en punta. Esto se contradice con todo lo que he aprendido en los últimos ¿15 años ya? que viene a ser que siempre que tengas una labor en las agujas es preferible que la parte más ancha o grande ESTÉ en las agujas y no colgando porque la lana pesa (obvio) y puede deformar el trabajo. Es decir empezar por la punta y terminar en la parte grande, justo al contrario que en el caso que nos ocupa. Pero en fin, reseteamos cerebro y seguimos…
Lo primero es el título, «Capelina a punto de aguja con guarnición de cisne». Para empezar, Capelina. Toda la vida capelina para mí ha sido una capa corta y aunque la forma sí tiene trazas de una no deja de resultarme curioso y hacerme pensar si no es una no totalmente correcta traducción de » capelet», expresión que he visto en las mismas revistas tanto en inglés como castellano y que a veces se sustituye por «hood», que sería mas bien » capucha» pero para las damas mega pijas de la época tal vez no sonaba igual de bien. Luego «punto de aguja». A ver, que desde mi siglo XXI leo punto de aguja e interpreto encaje Richelieu o bolillos. Ahora ya sé que en el XIX se referían al punto a dos agujas pero vaya… Guarnición de cisne. ¿Quién no tiene unos cisnes por ahí para trincar las plumas y hacerse un tocado?
Materiales: 28 gramos de lana céfiro de dos hilos blanca; 1 metro y 14 centímetros de fleco la misma lana gris, que tenga 7 centímetros de ancho[…]1 metro y 4 centímetros de tira de cisne; dos borlas de lana.- Agujas de madera del n. 4
Cefiro: Especie de muselina clara y fina, generalmente fabricada con algodón, jumel y ligamento tafetán. Tintada en colores claros o algunas veces listado. Se usa para blusas, camisas, etc. (diccionario textil de Ribes y Casals)
Dejando aparte lo de la céfiro que en mi vida había oído hablar de ella y la tira de cisne… ¿las agujas de 4 según qué sistema de medida? Porque milímetros no me parece que sea… es otra de las cosas a mirar ya que no especifica la tensión necesaria no sabemos cuántos puntos son precisos por cada 10cm…
Tengo atravesado el trozo sobre buscar agujas más finas si la labor queda demasiado floja precisamente por la razón mencionada arriba. Empezar con 139 puntos y tejer siempre del derecho no tiene misterio, hasta aquí vamos bien. En el primer punto se hacen dos (crecido) y digo yo ¿Qué tipo de crecido? porque puedo pensar en al menos 4 así sin complicarme mucho la vida y si fuera una vaga (o lazada o punto de calado) el patrón lo diría al ser el más sencillo, supongo…lo mismo con la disminución del medio cuando se toman tres puntos juntos. No dice CÓMO, leñe ya. Lo mismo cuando al tener ya las dos piezas iguales no dice por dónde hay que unirlas, que me costó dos intentos y no era muy difícil, pero vaya, estos patrones dan por supuestos un montón de conocimientos. Para colocar los flecos es peor, te deja el dibujo y tú ya te apañas dándole la forma aproximada.
De todo esto lo que realmente me fascina es la alegría con la que se dan las medidas. Son tantos puntos y tantos centímetros de fleco y x gramos de lana. ¿Y si mi cabeza es más pequeña o más grande? ¿Y si tejo tan apretado que la labor queda pequeña? Supongo que en la época, con un público muy habituado a tejer, coser y demás labores resultaría fácil modificarlo pero ni siquiera da la opción. Eso es lo que me deja perpleja.
Y no voy a hablar aquí de la novela por entregas o los artículos sobre el valor de la mujer o su dedicación al hogar y al marido.
Nop. Tengo que asegurarme antes de que wordpress es ignífugo.